Metallica – Master of Puppets

Posted on junio 22, 2011

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Descarga – Metallica – Master of Puppets

Metallica nació como una de las cuatro grandes bandas de trash metal junto con Anthrax, Slayer y Motörhead, y acabó consiguiendo ser el gran clásico trash mundial pese a la oposición de otras grandes bandas como Megadeth.

Después de este disco, el último del bajista Cliff Burton antes de su muerte, el grupo empezaría a evolucionar hacia un sonido más mainstream para llegar al Disco Negro, su disco más vendido, y para luego sumergirse en un, para mi gusto, decepcionante garage rock con los Load, Reload y demás. El sonido trash no volvería a la banda hasta el histérico y probablemente peor disco de Metallica, St. Anger (que le aportó a la banda más psicología que música tras la marcha de Jason Newsted) y de mejor forma en Death Magnetic, su regreso a lo más alto.

Por ello, pese a que el disco más vendido es el black album o Disco Negro (oficialmente el disco se llama de forma homónima al grupo), una vertiente importante de sus fans, entre los que me incluyo, piensa que es éste disco el que mejor recoge el espíritu trash de sus inicios, alejados de los comienzos de Kill´em all donde más bien parecían una versión metalera de Van Halen, pero con peor voz. Y añado que probablemente es uno de los mejores discos de trash metal de la historia, de enorme influencia.

Aquí hay sitio tanto para la lentitud como para la velocidad, para la rítmica como para el virtuosismo, para la voz como para la instrumentalización, con la voz de Hetfield que, aún por desarrollar, consigue sin embargo hacernos asomarnos a la cornisa sonora que llegaría a alcanzar poco después, con una guitarra acoplada ya perfectamente a la melodía y no sólo al poco elocuente shred de sus inicios.

El disco comienza con la potentísima y rapidísima Battery, una canción que, como la mayoría de las del disco, habla sobre la ira y sobre el control que de ella tienen las personas. Es tan veloz la canción, tan técnicamente exigente, que en el documental «Some Kind of Monster», cuando se narran las entrevistas personales que hace la banda en busca de un nuevo bajista, el que sería el nuevo bajista de la banda, Robert Trujillo, pide esta canción para interpretarla como prueba, logrando sorprender al batería Lars Ulrich, que no se espera que alguien que llega para hacer una prueba pida una de las más exigentes. Comienzo lento para luego dar lugar a un cambio de ritmo brutal.

Con Master of Puppets llegamos a una de las canciones emblemáticas de Metallica y del trash metal. Con un riff poderoso, Metallica logra llevarnos al éxtasis en una historia que habla sobre la relación entre un maestro y su seguidor, que se rebela contra él (más concretamente sobre el poder que las drogas ejercen sobre su consumidor). A mitad de la canción comienza una tranquila calma, que comienza de nuevo a potenciarse con un solo de guitarra espectacular. Maravillosa. La mejor canción del disco (y la más larga) y una de las mejores de Metallica. Es también la canción que toca la banda en su brevísima intervención en Los Simpsons. Monumental.

Con la tercera canción, The Thing That Should Not Be, llegamos a la canción más profunda y oscura del disco. El bajista, Cliff Burton, era admirador del escritor H.P. Lovecraft (ya en el anterior disco de la banda se realizó la mejor canción instrumental de Metallica, The Call of Ktulu, en homenaje al escritor) y la banda compuso esta canción, con un solo de guitarra fantasmagórico y tenebroso.

Con Welcome Home (Sanitarium) llegamos al ecuador del disco. La canción toca de nuevo los depresores caminos de la locura, al hablar sobre un enfermo residente en un Manicomio. Con un comienzo precioso, la canción se va acelerando poco a poco en la iracunda voz de Hetfield. Un solo de guitarra de Kirk Hammet demoledor le da el toque necesario para convertirse en otra de las columnas vertebrales de la banda.

Disposable Heroes es la quinta canción del disco. Directa, feroz, la canción nos ametralla con otra clase de locura, la de la guerra. Soldados mandados a misiones suicidas, carne de cañón, juventudes rotas, desazón por la frivolidad militar de los altos mandos…trasfondo de una nueva muestra de potencia sónica, con un solo de tintes épicos.

Con Leper Messiah llegamos a una crítica feroz contra las sectas. Potente y muy trash, de nuevo tiene una segunda parte in crescendo espectacular.

La séptima canción es Orion, auténtico emblema del disco. Completamente instrumental, es una auténtica joya musical, para mi gusto sólo superada (en cuanto a canciones instrumentales de la banda se refiere) por Call of Ktulu. Destacando la presencia del bajo, imprescindible protagonista de la canción. Con distorsiones eléctricas, comienza un rítmico camino que a la mitad se vuelve bellísimamente melódico, sonando solamente el bajo con limpio sonido, acoplándose luego los restantes instrumentos para seguir la melodía. Uno de los grandes clásicos de Metallica, sonó en el funeral del primer bajo de la banda, Cliff Burton.

Con Damage Inc. acaba el disco. Fortísima demostración de velocidad (una de las canciones más vertiginosas de la banda), con un principio hermoso a cargo del bajo. Poderosísima a lo largo de toda la canción, con un solo acorde al nivel de la canción: pura técnica de Hammet. Huracán para despedirnos y recuperarnos de la embestida que han sufrido nuestros oídos tras el implacable avasallamiento.

En resumen es un pedazo de disco, recomendado para todos aquellos amantes del sonido duro o de aquellos que quieran experimentar primitiva ira volcánica convertida en guitarra eléctrica. Atronador, frenético, demoledor, pero no exento de calidez melódica, es la respuesta a la pregunta de si el trash metal puede ser considerado como arte (¿cómo no responder afirmativamente tras escuchar Orion?).

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